En la cresta del anonimato
René Esquivel está “en la cresta del anonimato”, leo por ahí, intentando saber más de él. Efectivamente, parece ser un ilustre desconocido. Pero en el hotel Habana Libre, este hombre de cabello canoso es el botones más popular. Y como gran parte de los cubanos, aunque se gane la vida cargando maletas a los turistas, René es en verdad otra cosa. René es músico. Pero no sólo. Está también vinculado al cine. O por lo menos eso es lo que desea.
Por eso, durante los días del
Festival de Cine que se repite cada diciembre en La Habana, René para las
antenas y supone que ese es el motivo de mi visita. Como buen caribeño me
recibe con un piropo: “¡Usted debe ser una actriz…!” exclama, ladeando la
cabeza al tiempo que suelta una sonrisa que deja ver sus dientes gastados. Este
ha debido ser un hombre muy guapo. A sus sesenta y tantos años todavía lo es.
Yo le sigo la corriente. Pero en el camino le cuento en serio que no voy al Festival
pero que sí, que preparo una película. Sorprendido, inmediatamente me cuenta
que él participó en un documental: “Cuando Castro tomó el Hilton”, señala, esta
vez con el gesto serio. Y como no entiendo lo que dice, repite un par de veces
más el nombre del filme pero en voz baja.
“Es un documental que cuenta el día aquel que Fidel tomó el hotel, el
Hilton, éste… Bueno, aquí no lo pasaron… usted sabe, aquí… cuestiones
políticas… “ Y entonces lanza una infinidad de datos que no alcanzo a
memorizar. El caso es que sí, René participó en el documental del noruego
Bjarte Thoresen, producido por Bente Olav para Frameline Film, el año 2009. http://www.youtube.com/watch?v=5s6BEvtQesk
En el documental, René da su
testimonio como empleado del entonces Habana Hilton. Cuenta cómo vivieron ellos
el día que el Comandante llegó, ese portentoso 8 de enero de 1959. “Entonces
fue verdaderamente Habana Libre” dice René que parece el dueño del hotel. No
parece, es. Porque a sólo un año de haberse inaugurado, el 19 de marzo de 1958,
con la presencia del mismísimo Conrad Hilton y una constelación de estrellas
del espectáculo, el Habana Hilton, uno de los hoteles más lujosos del mundo,
pasó de sopetón a propiedad del Estado por obra de la revolución. Fidel y los
suyos se instalaron allí e hicieron del Habana Hilton el cuartel y símbolo de
la revolución. Lo llamaron Habana Libre (1961) y pasaron su administración a los
empleados del hotel.
Cincuenta y cuatro años
después, el Habana Libre está viejo y se nota. Hoy está a cargo del grupo Sol
Meliá por acuerdo con el Estado cubano. Pero su deterioro se compensa con la
vista más hermosa que se pueda tener de la isla. Desde allí René me sorprende
contándome lo que en verdad hace. Es cantante. Y cantó nada menos que con Buena
Vista Social Club. Sí. Y comienza: “Dos gardenias para tiii… Con ellas quiero
decir… te quiero, te adoooro, miiii viiiida…”
Y entonces, este hombre moreno
y canoso, nuevamente me lanza infinidad de datos, nombres, fechas, discos,
músicos, anécdotas, en fin. Recuerdo haber escuchado los nombres de Rubén
Gonzáles, Ibrahim Ferrer, Compay Segundo…, como si fuesen sus vecinos. Y hay
más. René me dice “tú conoces la canción –y canta- ‘Hasta siempre
Comandaaaante…’ Pues yo la tengo. Esa grabamos… el año… “ Y así, René va
desgranando los pasajes más queridos de su vida. Yo lo miro, vestido como
soldadito de plomo, y pienso en Carpentier. Lo real maravilloso habita allí,
aquí.
Al día siguiente, René me pasa
su disco. Un DVD pelado, sin nombre ni etiqueta. Y escucho. Y sí… parece René. Pero
como habla muy rápido y nos vemos casi al paso, no logro entender bien su
faceta de músico. Sólo el día de mi partida le pido sus datos en serio. Y me
los da. Y lo encuentro en Google, con algún esfuerzo comprensible. En Cuba el
internet es tan precario que René sólo puede estar “en la cresta del anonimato”.
René Equivel tiene una banda: “René
y los grandes del tres”. Y su versión de
“Hasta siempre comandante” está registrada entre las centenas que de ella hay.
La escucho y la comparto. http://alltheversions.blogspot.com/2010/06/carlos-puebla-1917-1989-cuba-spanish.html
René me contó que ayer estuvo
en la radio. (Ah, además tiene un programa en la radio local). Me entero. Allí
adelantó –me lo dice seriamente- que él hará la música de una nueva película.
La mía. Me entero también.
Nos tomamos unas fotos y su
despedida no podría sino ser un bolero compuesto sobre la marcha: ¨La gente que se
quiere siempre se vuelve a encontrar”, me dice sonriendo.
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