Baratija II Confieso que he robado

Por un extraño –y a ratos / y a estas alturas absurdo- sentido de la responsabilidad que cargo como niña más o menos bien de reputación más o menos mal, hace tiempo y de vez en cuando busco sin éxito la dirección de correo electrónico de Xavier Velasco para contarle que le robé algo. Y como Xavier es un tipo –supongo que a pesar suyo- arrullado en la fama del éxito literario, su nombre en internet sale inevitablemente atado a alguna propiedad editorial. De modo que escribirle de tú a tú, por lo menos hasta ahora, no me ha sido posible. Porque recurrir a alguna de las varias casillas de comentarios en cualquiera de sus textos avisándole que robé el nombre de La Maja Barata para mi blog, me hace pensar que quien lea –si es que- será algún funcionario de la editorial en cuestión que me echará un juicio encima. Sin embargo, como una vez más busqué su mail, de pronto encontré por ahí que él mismo había robado una foto del blog de Fito Páez para el suyo. ¡Uf! Alivio y decepción. No por el hurto, ni mío ni suyo, obviamente, sino porque en ese gesto delaté yo mi traición al poner en duda un principio ético de la Maja de Velasco: Ladrón que roba a ladrón, tiene cien años de perdón... y terso el corazón.
Si alguien sabe su mail, la Maja se los agradece…
Comentarios
Saludos,
La Maja es, a fuerza de tinta, incrédula. Digo ¿crees tú que los escritores logran alguna vez escapar al engreimiento de la fama y descender a este mundo? ¿o será que los desafiamos ahora, tú y yo, a cruzar esa línea invisible entre el blog y la ficción para que sintiéndose más seguros, algún día nos contesten?
Por otra parte, digamos que La Maja busca pero sobre todo, encuentra.
Saludos,